martes, 17 de abril de 2018

Plenitud, ven a mí¡¡¡



·La Melancolía circular- de la serie sobre “La melancolía”.

Plenitud ven a mí¡
Bésame con tu labio carmesí
Recuéstate distraída
Distraída y desnuda
Déjame dormir en tí¡
Plenitud ven a mí¡
Ya soy la sombra
De lo que yo fuí¡
Plenitud ven a mí¡
Danos a beber tu vino
Que embriaga al colibrí.
Danos tu ojo adivino
Y a vivir como fuimos¡
Plenitud ven a mí¡
Tú misma gozarás
A caballo de mi fluir
El volver a empezar
ésta vez sin sufrir.
Plenitud ven a mí¡
Llévate una mano
Para dibujar
Llévate la otra
Para acariciar
Llévate mi boca
Para besar
Llévate mis ojos
Para bien ver
Y lo demás
Para penetrar.
Llévate todo
Pero dame plenitud.
Bésame con tus labios carmín.
Plenitud ven por mí¡
Visita el lugar donde me fuí.
Recuerda la mujer que no ví.
Enfrenta aquello de lo que huí.
Y aviva el celo que suspendí.
Al menguar mi plenitud
Que tú ahora encenderás
Al besarme con tu labio carmesí
y dejarme dormir en tí.
Plenitud ven por mí
Y déjame terminar a mí en í.
Dibujo y poema: Alfredo Benavidez Bedoya.

Los malditos.



Los Malditos.
Malditos los que retuercen la mentira hasta llegar al chisme. Y a éste lo retuercen hasta volverlo injuria. Y a ésta la siguen retorciendo hasta obtener el insulto. Y ya conseguido éste último, lo planchan y se visten con él consiguiendo el aspecto de la venganza. Malditos los incapaces y haraganes que al no poder odian el poder del capaz y laborioso. Y que por odiar, odian también a las obras del odiado, aunque las mismas los beneficien a ellos. Malditos aquellos que sin saber o viviendo de duda en duda, pontifican verdades y trazan rumbos a otros hacia ningún lado. Malditos los que usan sus virtudes para reproducir errores y multiplicar defectos. Sus virtudes físicas o intelectuales usadas para producir el mal desde el bien. Malditos aquellos que compran animales para poder martirizar y esclavizar a alguien. Y malditos también los que los matan por matar, sin más razón que ésa. Malditos aquellos que oprimen, violan, matan, ignoran, desprecian o hacen del otro objeto de burla o destrato. Malditos sean aquellos que hacen de las necesidades populares su Plan de negocios, y malditos también quienes al practicar su Plan de negocios crean necesidades populares. Y maldito el sistema que crea necesidades ficticias como si no hubiera necesidades reales que abastecer.
Y ya por hoy estimado lector, tenemos demasiadas maldiciones enunciadas, porque maldecir es efectivo y está probado pero hacerlo es un tóxico, porque maldecir es un verbo que lleva al Mal en su raíz.
Maldiciones y grabado: Alfredo Benavidez Bedoya.