Digo, tengo yo un amigo Masón.
Que supo decirme algo genial.
Él me dijo que: él ya sea, o sean,
el hombre Masón, o Marxistas,
o Pulmón Umbanda del Fumo,
o acaso locales de la Última Fila,
donde se hace lo que no se debe.
Todos somos Adoradores del Sol.
¿Por qué digo que es un dicho genial?
Porque ese soleado Masón me dijo,
que al cerrarse y al abrirse las Plazas
de todos los mercados del óvalo Orbe.
Ellas nos replican el raro deambular
de la Tierra y de su luminoso dueño:
el Sol ya muy dorado, por girar y girar.
Y es por eso mismo que es llevado,
todo el Oro por Nos recolectado,
que, bien brillando migra girando,
de Plaza dormida en amanecida.
En el sentido del solar deambular
del Este al Oeste, pero todo circular.
Las agujas del reloj, que en realidad,
nos suman el Tiempo que se acaba,
restan su Deseo, que pide sólo más.
El plano reloj es un corte horizontal
del Círculo adorador del Oro sobredorado,
y que lo ofrece en adoración al Dios Sol,
para que su fuego divino lo pueda dorar,
aún más de lo que el ojo lo pueda gozar.
Verso y grabado: bb
Alfredo Benavidez Bedoya
Mi obra gráfica es en realidad un dispositivo poético,
que deberé revisitar para darle voz y cintura de canción.
bb
