viernes, 11 de noviembre de 2011

Oda a la camisa.






Oda a la camisa.
Mi camisa amarilla con la luz del través.


Colgando estaba mi amarilla camisa
con la luz del través, atravesándola.
Lo amarillo de la luz y de mi camisa,
al acoplarse en blanco ya no se ven.

Cuelga que te cuelga. Ésa, mi sola camisa.
La del Domingo, la mejor, la de Funeral,
la del Juzgado, la de varear, de Navidad,
la que me saco para amarte, la de Misa.

(La Misa rima con mi amarilla camisa)
La palabra camisa viene del Latín camisia.
San Isidoro de Sevilla dice:
Camisias vocari quod
in his dormimus in camis,
id est in stratis nostris.
“Las camisas se llaman así
pues con ellas
dormimos en la cama,
es decir en nuestros lechos”.

La larga camisa de noche.
La muy corta camisa de día.
La mortaja, camisa del adiós.
Primera piel para el sudor,
en el dormir, para el amor,
en la labor y en el morir.
Acuarela y Verso: bb