La estrofa sobre la Mesa
Es la mesa última donde pude cenar.
La primera donde podrás desayunar.
Y es en ese banco de carpintero mesías
dónde nacerá la mesa partera de mesas
para que los pobres unidos en ellas,
mirándose a los ojos, comer puedan,
en silencio la papa pobre que tengan,
al laborarle al señor y a su diablesa.
La madera ya muerta hecha mesa y
sobre ella desnuda disfrutar la vida.
La estrofa sobre la bicicleta
y la biblioteca.
Sea la bicicleta o la biblioteca.
Sean lo que sean. Las desean.
Son medios móviles y casuales.
Y también sitios fijos y certeros.
Y son cuando cómo viven, son:
“Esa bicicleta sentida aquella vez,
dado nuestro impertinente: A mí.
Ella me lleva siendo la más ligera”.
Y la biblioteca también nos lleva
a esos lugares ligeros como el gas,
que eleva a todo globo a la nube.
Pero que al explotarse en sí regresa
al rojo carmesí, sangre, moco, urbe.
Rojo maravilla, ciclista atropellado.
Sea la bicicleta o la biblioteca.
Sean lo que sean. Las desean.
La estrofa de la escalera
Con los pies y mis manos en la escalera,
acaso llegaré sin peligro y con tu calavera
al techo de la casa de familia en que naciera.
O a la casa que en el cielo yo me mereciera,
si la escalera acaso ella en mi banco naciera.
Por eso no daré mis manos por la calavera.
Pues con ellas puedo en toda la primavera
amar a quién nos da el amor a su manera.
Y me da una buena idea, de lo que yo era,
antes de trabajar con destreza marinera
con los pies y mis manos en tu escalera.
Verso y grabado: BB
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