jueves, 13 de marzo de 2014

El oficio del Artista.


Homenaje a Roberto Páez. Grabado en linóleo
El Oficio del Artista

Cuando nos dijeron que la vida de ultratumba existía y nos ordenaron iluminarla sobre la vida anterior a la tumba. Pensando tal vez ellos, que el Más Allá desconocía al Más Acá. Nosotros con arte logramos encriptar la alegría de la vida con belleza suficiente.
Fue en Egipto.
Cuando nos dijeron que el Mundo de las Ideas existía y nos ordenaron iluminar su mejor reflejo. Pensando tal vez ellos, que convenía traducir en arte permanente las ideas probables. Nosotros con arte desarrollamos cánones proporcionales de Belleza suficiente.
Fue en Grecia.
Cuando nos dijeron que la verdad estaba en la Cruz y nos ordenaron iluminar el dolor y la dulzura de la Madre Eterna y de su Hijo. Pensando tal vez ellos, que las imágenes podían aplacar el dolor de todos, al no ver lo evidente en el dogma. Nosotros con arte creamos imágenes de ese núcleo familiar con Belleza suficiente.
Fue en el Cristianismo.
Cuando nos dijeron que el placer del Rey era la Vida, y nos ordenaron iluminar el deseo y su voluptuoso derrame. Pensando tal vez ellos, que siendo pasajero todo placer, su visión estática podría volverlo permanente. Nosotros con arte representamos la carne ebria de goce erótico con Belleza suficiente.
Fue en la Corte del Monarca.
Cuando nos dijeron que el Rey ya no existía, y nos ordenaron que profesáramos el Progreso con vocación ciudadana. Pensando tal vez ellos, que los artistas podíamos iluminar el futuro por venir con luz anticipatoria. Nosotros con arte hicimos todo distinto a lo ya hecho, y siempre con Belleza suficiente.
Fue en la Francia del siglo XIX.
Cuando nos dijeron que ni Rey ni Dios existían, y nos ordenaron que lo único digno de ser representado era el músculo del Proletariado. Pensando tal vez ellos, que eterno sería ese músculo, pero todavía más si nosotros lo iluminábamos. Nosotros con arte mostramos la fuerza muscular del obrero y el intelecto de los dirigentes revolucionarios con arte suficiente.
Fue en el Socialismo real y sus satélites irreales.
Cuando nos dijeron que solamente el Arte existía y nos ordenaron que, con el uniforme de la Vanguardia, rediseñáramos el Mundo. Pensando tal vez ellos, otra vez, que el único demiurgo es el Artista, o sea aquel que iluminaba antes las visiones de los demiurgos desaparecidos. Nosotros creamos el Mundo Cúbico, el Mundo Abstracto, el Mundo de la Expresión, el Mundo Conceptual, el Mundo Mínimo, el Mundo POPular, el Mundo POSmundo y el Mundo CorpoPerfomaDigiInstalado y aún más.
Fue en el vanguardista Siglo XX.
Y ahora, cuando hace rato que ya nadie nos dice, que és aquello que tiene la soberbia de existir, y al no saberlo no nos ordenan nada, y es por eso mismo que tampoco nos pagan nuestros honorarios.
Grabado y texto: Alfredo Benavidez Bedoya.
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