“El Rey está celoso porque el joven Conde le anda
rondando las princesas”.
La poesía es una forma de la hipnosis, una forma poco
eficaz de la hipnosis. Dentro de las artes de la fascinación, la poesía tiene un
poder limitado y es incluso usada por otras artes hipnóticas para la
realización de sus deseos. Es usada por ejemplo por el amor para poder
manifestarse con delicada elocuencia. Por el amor, esa suprema hipnosis que
junto al odio, sugestionan al hombre y a la mujer anulando su voluntad o
empujándolos a los logros o desastres menos esperados.
En el amor, la poesía, la música y los vicios
espirituosos, han siempre aturdido las consciencias para que nuestra querida
bestia, salga un poco a disfrutar con la compañía de su agrado. También en la
guerra y en el lamento fúnebre, la poesía, los himnos, la música, la fanfarria
y las plegarias son imanes que atraen nuestro dolor y nuestro miedo, liberando
el pesar que produce la antigua angustia, la que aún no tiene nombre en la
poesía.
La poesía oxida.
Oxida la voz
que la recita
sin su pájaro.
La poesía endulza.
La noche tibia
el alba descalzo
y la tarde contigo.
Grabado y verso: Alfredo Benavidez bedoya.