lunes, 6 de febrero de 2012

El sueño habitado.




El sueño habitado.

Al sueño a la madrugada,
las dobles cintas doradas
de las mantas que tuve
me piden que vuelva.
A ése, el sueño habitado.
En él es lógico el calor
y el silencio sin dueño.
Todos estamos tendidos
con el alma en el bolsillo.
Sin alimento de noche,
y con el cartero dormido,
sin saber que la angustia
tenía retorno certificado.
Solamente la fuerza de uno
y la ruda flexión de la Luz,
pueden violar la certeza,
de la ansiada tormenta.
Ya el zapato está oyendo
la acuática fiesta de calle
donde él será el náufrago.
lágrima geodésica cayendo
dentro del sueño habitado.

Verso y grabado:
Bb