De últimas
tenemos el carnaval
el fútbol y el pororó
el chisme y el tereré
y con mi pasión carnal
a escondidas te amaré.
De últimas
queda hipotecar
vender o estafar
ser desleal sin par.
De últimas
queda el semáforo
o recoger el cartón
o queda el rojo farol
o la pequeña pensión.
De últimas
queda el hospicio
la cárcel o el vicio
y vivir a su servicio.
De últimas
se puede perdonar
y volverse a amar
o dejarse de amar
y poder descansar.
De últimas
Podemos comenzar
otra vez a fracasar
iluminando el sentir
que alborota el vivir
y le da color al morir.
Porque las últimas
las ilustres últimas
no tardan en llegar.
Poema y acuarela: Alfredo Benavidez Bedoya.