sábado, 19 de enero de 2013

Y uno y dos.


Y Uno y dos.
Uno tiene miedos,
pero los disimula.
Y Uno y dos.
Uno tiene afectos,
pero se los copulan.
Y Uno y dos.
Uno tiene devoción,
pero se la divorcian.
Y Uno y dos.
Uno tiene revolución.
Pero se la torturan.
Y Uno y dos.
Al anular a los afectos
divorciando. Devoran,
torturan y vomitando,
copulan disimulando,
su devoción.
Y Uno y dos.
Devoción y revolución.
Y Uno y dos.
Uno tiene miedos.
Pero los disimula.
Y Uno o de a dos.
De a dos en dos.
Es más pesado, todavía.
Por eso de los quilogramos.
Gramos que al pesar la gozan.
Desde que la tuve la estoy dejando.
A mi mujer no tonto, a mi vida.
Desde que la tuve la estoy dejando.
A mi vida no tonto, a la bebida.
Desde que la tuve la estoy dejando.
A la bebida no tonto, a la lavandina.
Desde que la tuve la estoy dejando.
A la droga no tonto, a la cordura.
Desde que la tuve la estoy dejando.
A la cordura no tonto, a la Argentina.
Desde que la tuve la estoy dejando.
A la Argentina no tonto, a la esperanza.
Desde que la tuve la estoy dejando.
A la esperanza no tonto, a mi mujer.
A ella la estoy dejando hacerme feliz.
Desde que la tuve la estoy dejando.
Y seré feliz adonde la estoy dejando
a poco de amarla en el mismo lugar.
Es mía la vida propia y la envidia ajena.
Envidia propia de aquellos que.
se arreglan los dientes plásticos.
Luego del licor inicial
o del Plato principal.
Siempre antes del postre.
Antes del final.
bb