viernes, 8 de enero de 2016

La noche del nunca más será de día.

Timor mortis  conturbat me. El temor a la muerte me perturba. Carpe diem, vivir el día a día.
La noche del nunca más será de día.
La hamaca parece moverse sola
el árbol la mece como enojado.
El viento eriza. La planta suspira.
El farol ilumina poco y la luz baila.
La tormenta muestra su cuerno,
su lamento, su ira, su poderío.
Aparece el agua en manada caída
y ya todo se agita y parece volar.
Las luces parpadean de susto
y los perros se enrollan debajo.
El trueno no nos pide permiso
y el rayo nos dibuja su roja señal.
La tormenta expulsa sus alaridos,
ruidos nuevos de bronco registro
que ninguna memoria recordará.
El aire loco corre bajo las puertas
y nos señala que ésta es la noche,
la noche del nunca más será de día.

Autor del grabado y del poema: Alfredo Benavidez Bedoya